Milagrosamente, conseguimos acabar de preparar las pizzas. Cenamos entre risas y bromas, si, lo sé, suena sorprendente que no nos hayamos tirado los platos a la cabeza y no viniera la legión para separarnos. Después de cenar dejamos los platos en el fregadero y los lavamos. Yo me encargaba de enjuagarlos y Justin de secarlos, hacíamos un buen equipo. Una vez que acabamos de limpiar los platos miramos a nuestro alrededor, en vez de parecer una cocina, parecía que había nevado allí dentro.
-Sera mejor que limpiemos esto. –Justin asintió y abrió la puerta de la despensa, sacando de esta todo lo necesario para dejar la cocina impecable.
-Tu encárgate del suelo –Sentenció Justin- Yo me encargare de limpiar la encimera, el microondas, el frigorífico, las ventanas, las ¿paredes?, joder lo nuestro a sido una guerra y lo demás son tonterías. –Justin miraba la cocina atónito, giraba sobre sí y su boca iba aumentando de tamaño a medida que observaba- ¿Por qué no me encargo de limpiar yo el suelo y tú te encargas de lo mío? –Justin puso la cara de un cachorrito, pero no funciono.
-Se siente, haberlo pensado antes –Me burle de él un rato mientras que este me maldecía por lo bajo- ¡A limpiar! –Sonreí y comencé a barrer la harina del suelo.
-Sera mejor que limpiemos esto. –Justin asintió y abrió la puerta de la despensa, sacando de esta todo lo necesario para dejar la cocina impecable.
-Tu encárgate del suelo –Sentenció Justin- Yo me encargare de limpiar la encimera, el microondas, el frigorífico, las ventanas, las ¿paredes?, joder lo nuestro a sido una guerra y lo demás son tonterías. –Justin miraba la cocina atónito, giraba sobre sí y su boca iba aumentando de tamaño a medida que observaba- ¿Por qué no me encargo de limpiar yo el suelo y tú te encargas de lo mío? –Justin puso la cara de un cachorrito, pero no funciono.
-Se siente, haberlo pensado antes –Me burle de él un rato mientras que este me maldecía por lo bajo- ¡A limpiar! –Sonreí y comencé a barrer la harina del suelo.
Tras un largo rato, que para mí fue interminable, conseguimos dejar la cocina más limpia de lo que estaba. Nos dirigimos al salón y nos dejamos caer sobre el sofá. Suspiramos profundamente al mismo tiempo, tras este hecho, nos miramos mutuamente con caras demasiado raras.
-¡Eh! –Dijimos al mismo tiempo- ¡Deja de imitarme! –Volvimos a repetir. Nos quedamos en silencio, ninguno de los dos decía nada, estábamos demasiado ocupados matándonos con la mirada, y sin esperarlo, estallamos en carcajadas demasiado fuertes.
-Deberías de haber visto tu cara –Intento articular Justin entre sus risas.
-Porque tú no has visto la tuya –Dije disminuyendo mi risa- ¡Parecías un pez! –Y nuevamente volví a reír.
Después de nuestra sesión de risas, un silencio incomodo inundo el salón, el cual Justin, no tardo en romper.
-¿Vemos una película de terror? –Justin giro su rostro tipo niña del exorcista y sonrió malvadamente. ¿De miedo? ¡Ni hablar!
-¡No! ¿Se te olvida lo mal que lo paso cuando veo una película de terror o tengo que recordarte lo de mi quinto cumpleaños? –Justin volvió a estallar en carcajadas nuevamente, mientras yo lo fulminaba con la mirada.
-¡Dios fue buenísimo! Creo que fue el día en el que más pude reír. –Cuando sus risas cesaron, proseguí hablando.
-Por aquel entonces nos odiábamos a muerte y jure que te la devolvería.
-Y me la devolviste –Esta vez fue él quien me fulmino con la mirada- ¿Cómo fuiste capaz de decirle a medio colegio que salía con Amy la piojosa? Me costó dos meses hacer creer que aquello era mentira.
-¿Y tu como fuiste capaz de cambiar la película de Princesas que tenía preparada para mi cumpleaños por otra de payasos? Sabias que les tenía un pánico asombroso a los payasos. –Volví a fulminar con la mirada a Justin y este me sonrió como un niño pequeño.
-Ya sabes, cosas de niños. –Y sin darme tiempo a contestar, se dirigió al pequeño armario que hay encima del televisor y de este saco un CD, lo metió en la ranura del DVD y le dio al play, donde multitud de anuncios aparecían en la pantalla.
-No te he dicho que quiera ver ninguna película. –Justin volvió a sentarse en el sofá y dirigió su mirada hacia mí.
-Vamos si solo es una película, todo es ficción, nada de lo que sucede es real. –Puso la carita de un cachorrito, y esta vez sí que funciono. Suspire y dirigí mi mirada al televisor, pero la ansia por saber de qué película se trataba me mataba.
-¿Y qué película vamos a ver?
-El grito. –Sentí como mi corazón dejo de latir. ¡El grito! Pero que quiere, ¿matarme? Destiny me obligo a ver dicha película y ni tan siquiera ella fue capaz de ver más de la mitad, aquella película para mí ha sido la peor que he podido ver, y Destiny opina igual.
-¡No! –Grite- Yo me voy a mi habitación a dormir, tu si quieres verla adelante, pero yo no pienso acompañarte. -Me levante del sofá y me dirigí hacia las escaleras, pero su voz me interrumpió.
-¿Estás segura de que quieres subir hasta tu habitación, sola…, a oscuras…? –Su voz sonaba escalofriante y ahora me daba pánico subir hasta mi habitación.
Me dirigí rápidamente hacia el sofá y me senté en este, cogí un cojín y lo apreté fuertemente contra mi pecho.
-Está bien, tú ganas, pero como no consiga dormir caerá sobre tu conciencia que fue por tu culpa. –Justin rió y todo sea dicho, aquella sonrisa me mato.
-¡Eh! –Dijimos al mismo tiempo- ¡Deja de imitarme! –Volvimos a repetir. Nos quedamos en silencio, ninguno de los dos decía nada, estábamos demasiado ocupados matándonos con la mirada, y sin esperarlo, estallamos en carcajadas demasiado fuertes.
-Deberías de haber visto tu cara –Intento articular Justin entre sus risas.
-Porque tú no has visto la tuya –Dije disminuyendo mi risa- ¡Parecías un pez! –Y nuevamente volví a reír.
Después de nuestra sesión de risas, un silencio incomodo inundo el salón, el cual Justin, no tardo en romper.
-¿Vemos una película de terror? –Justin giro su rostro tipo niña del exorcista y sonrió malvadamente. ¿De miedo? ¡Ni hablar!
-¡No! ¿Se te olvida lo mal que lo paso cuando veo una película de terror o tengo que recordarte lo de mi quinto cumpleaños? –Justin volvió a estallar en carcajadas nuevamente, mientras yo lo fulminaba con la mirada.
-¡Dios fue buenísimo! Creo que fue el día en el que más pude reír. –Cuando sus risas cesaron, proseguí hablando.
-Por aquel entonces nos odiábamos a muerte y jure que te la devolvería.
-Y me la devolviste –Esta vez fue él quien me fulmino con la mirada- ¿Cómo fuiste capaz de decirle a medio colegio que salía con Amy la piojosa? Me costó dos meses hacer creer que aquello era mentira.
-¿Y tu como fuiste capaz de cambiar la película de Princesas que tenía preparada para mi cumpleaños por otra de payasos? Sabias que les tenía un pánico asombroso a los payasos. –Volví a fulminar con la mirada a Justin y este me sonrió como un niño pequeño.
-Ya sabes, cosas de niños. –Y sin darme tiempo a contestar, se dirigió al pequeño armario que hay encima del televisor y de este saco un CD, lo metió en la ranura del DVD y le dio al play, donde multitud de anuncios aparecían en la pantalla.
-No te he dicho que quiera ver ninguna película. –Justin volvió a sentarse en el sofá y dirigió su mirada hacia mí.
-Vamos si solo es una película, todo es ficción, nada de lo que sucede es real. –Puso la carita de un cachorrito, y esta vez sí que funciono. Suspire y dirigí mi mirada al televisor, pero la ansia por saber de qué película se trataba me mataba.
-¿Y qué película vamos a ver?
-El grito. –Sentí como mi corazón dejo de latir. ¡El grito! Pero que quiere, ¿matarme? Destiny me obligo a ver dicha película y ni tan siquiera ella fue capaz de ver más de la mitad, aquella película para mí ha sido la peor que he podido ver, y Destiny opina igual.
-¡No! –Grite- Yo me voy a mi habitación a dormir, tu si quieres verla adelante, pero yo no pienso acompañarte. -Me levante del sofá y me dirigí hacia las escaleras, pero su voz me interrumpió.
-¿Estás segura de que quieres subir hasta tu habitación, sola…, a oscuras…? –Su voz sonaba escalofriante y ahora me daba pánico subir hasta mi habitación.
Me dirigí rápidamente hacia el sofá y me senté en este, cogí un cojín y lo apreté fuertemente contra mi pecho.
-Está bien, tú ganas, pero como no consiga dormir caerá sobre tu conciencia que fue por tu culpa. –Justin rió y todo sea dicho, aquella sonrisa me mato.
Cada minuto que pasaba, escondía mi cabeza tras el cojín y gritaba, Justin estaba más pendiente de mí que de la película y como es tan gracioso, me arrebato el cojín de mis manos escondiéndolo tras su espalda.
-¡Devuélvemelo! –Grite.
-Oblígame. –Y dicho esto me saco la lengua. Me tire encima de él literalmente e intente arrebatarle el cojín, metí mis manos entre el hueco de su espalda y el sofá, pero fue inútil, Justin me cogió de la cintura y tiro de mi, impidiéndome conseguir mi objetivo.
-Devuélvemelo por favor –Me sinceré y mire sus ojos, pero estos miraban la pantalla atónitos, hice como él y dirigí mi mirada hasta el televisor, donde pude ver como la cara de la protagonista se deformaba apareciendo sangre por todos lados.
-¡Ah! –Chille, escondiendo mi cabeza en el pecho de Justin y rodeando su espalda con mis brazos, pensé que Justin me separaría de él bruscamente, pero para mi sorpresa, hizo todo lo contrario, paso sus fuertes brazos por mi espalda aferrándome aun más a su cuerpo y escuchando el latir de su corazón.
La película acabo y ambos nos levantamos del sofá y nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones. En ningún momento intercambiamos palabra alguna y mucho menos intercambiamos miradas. Entre en mi habitación y me dirigí al armario, sacando del primer cajón mi pijama. Me lo puse y me adentre en mi cama apagando la luz. No voy a negarlo, estoy cagada a más no poder, y el caso es que apenas he visto parte de la película. Escuche una especie de crujido y empecé a alterarme. Mía tranquila, recuerda las palabras del profesor de geografía ``La Tierra rota sobre sí, dicho movimiento se conoce como rotación el cual provoca, que a su paso, muebles del hogar y derivados emitan sonidos semejantes a crujidos, etc´´ Eso es Mía, el causante de dichos crujidos es el movimiento de rotación. Volví a escuchar otro crujido. Joder esto no es ni la rotación ni la media vuelta, ya no aguanto más. Me levante de la cama y me dirigí con paso acelerado hacia la puerta, la abrí lentamente y cogí aire almacenándolo en mis pulmones, salí hasta el pasillo y me encamine hacia la habitación de Justin, volviendo a escuchar otro crujido, ¿alguna vez habéis tenido la sensación de que alguien te sigue pero no eres capaz de girarte y mirar a tus espaldas? Pues así me siento yo ahora. Abrí lentamente la puerta de la habitación de Justin y con rapidez me introduje en ella, cerrando la puerta a mi paso con suma delicadeza. Suspire, mi mirada estaba puesta en la puerta, ni yo misma acabo de entender que hago aquí. Gire mi cuerpo lentamente quedándome cara a cara con alguien.
-¡Ah! –Chille a más no poder y me aferre a la puerta, la persona que se encontraba en la habitación chilló al igual que yo.
-¿Mía? –Gire mi cuerpo lentamente y las luces de la habitación se encendieron, situándose frente a mi Justin, mostrándome un sonrisa torcida.
-¿Qué haces aquí? –Pregunte.
-Creo que eso debería de preguntarlo yo, ¿no crees? –Tiene razón, he sido víctima del pánico y por un instante se me olvido que me encuentro en la habitación de Justin- ¿Y bien?
-Veras estaba en mi cama pero no podía dormir por que escuchaba multitud de crujidos y tenía mucho miedo y claro Pattie no está en casa y no sabía qué hacer así que estoy aquí. –Hable tan rápido que ni yo misma me entere de media.
-Justin alzo una ceja y me miraba con el ceño fruncido, no me había fijado, pero iba sin camiseta quedando a la vista esos abdominales tan marcados y con un pantalón de pijama- Resumiendo, te has cagado viva y has venido a mi habitación para dormir conmigo.
No pude evitar sonrojarme y asentí con mi cabeza, Justin sonrió y se dirigió a la cama, destapándola.
-¿No vienes? –Pregunto acostándose sobre la cama y dando unos suaves golpecitos a su lado. Me dirigí hacia él y me tumbe a su lado. Justin cogió la sabana con sus manos tapándonos a ambos. Apago la luz y un escalofrió recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, empecé a tiritar, tenia frio, la cama de Justin no poseía ningún edredón, tan solo una fina sabana.
-¿Tienes frio? –Pregunto Justin, sentí su respiración cerca de mi cara.
-No. –Mentí.
Justin no dijo nada más y sentí su brazo rodear mi cintura atrayéndome hacia su cuerpo caliente, gire mi cara, quedando a mi vista su desnudo pecho, alce mi mirada hacia sus ojos, y a pesar de la oscuridad, pude apreciar el bonito brillo que poseían, acompañados de una hermosa sonrisa.
-¡Devuélvemelo! –Grite.
-Oblígame. –Y dicho esto me saco la lengua. Me tire encima de él literalmente e intente arrebatarle el cojín, metí mis manos entre el hueco de su espalda y el sofá, pero fue inútil, Justin me cogió de la cintura y tiro de mi, impidiéndome conseguir mi objetivo.
-Devuélvemelo por favor –Me sinceré y mire sus ojos, pero estos miraban la pantalla atónitos, hice como él y dirigí mi mirada hasta el televisor, donde pude ver como la cara de la protagonista se deformaba apareciendo sangre por todos lados.
-¡Ah! –Chille, escondiendo mi cabeza en el pecho de Justin y rodeando su espalda con mis brazos, pensé que Justin me separaría de él bruscamente, pero para mi sorpresa, hizo todo lo contrario, paso sus fuertes brazos por mi espalda aferrándome aun más a su cuerpo y escuchando el latir de su corazón.
La película acabo y ambos nos levantamos del sofá y nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones. En ningún momento intercambiamos palabra alguna y mucho menos intercambiamos miradas. Entre en mi habitación y me dirigí al armario, sacando del primer cajón mi pijama. Me lo puse y me adentre en mi cama apagando la luz. No voy a negarlo, estoy cagada a más no poder, y el caso es que apenas he visto parte de la película. Escuche una especie de crujido y empecé a alterarme. Mía tranquila, recuerda las palabras del profesor de geografía ``La Tierra rota sobre sí, dicho movimiento se conoce como rotación el cual provoca, que a su paso, muebles del hogar y derivados emitan sonidos semejantes a crujidos, etc´´ Eso es Mía, el causante de dichos crujidos es el movimiento de rotación. Volví a escuchar otro crujido. Joder esto no es ni la rotación ni la media vuelta, ya no aguanto más. Me levante de la cama y me dirigí con paso acelerado hacia la puerta, la abrí lentamente y cogí aire almacenándolo en mis pulmones, salí hasta el pasillo y me encamine hacia la habitación de Justin, volviendo a escuchar otro crujido, ¿alguna vez habéis tenido la sensación de que alguien te sigue pero no eres capaz de girarte y mirar a tus espaldas? Pues así me siento yo ahora. Abrí lentamente la puerta de la habitación de Justin y con rapidez me introduje en ella, cerrando la puerta a mi paso con suma delicadeza. Suspire, mi mirada estaba puesta en la puerta, ni yo misma acabo de entender que hago aquí. Gire mi cuerpo lentamente quedándome cara a cara con alguien.
-¡Ah! –Chille a más no poder y me aferre a la puerta, la persona que se encontraba en la habitación chilló al igual que yo.
-¿Mía? –Gire mi cuerpo lentamente y las luces de la habitación se encendieron, situándose frente a mi Justin, mostrándome un sonrisa torcida.
-¿Qué haces aquí? –Pregunte.
-Creo que eso debería de preguntarlo yo, ¿no crees? –Tiene razón, he sido víctima del pánico y por un instante se me olvido que me encuentro en la habitación de Justin- ¿Y bien?
-Veras estaba en mi cama pero no podía dormir por que escuchaba multitud de crujidos y tenía mucho miedo y claro Pattie no está en casa y no sabía qué hacer así que estoy aquí. –Hable tan rápido que ni yo misma me entere de media.
-Justin alzo una ceja y me miraba con el ceño fruncido, no me había fijado, pero iba sin camiseta quedando a la vista esos abdominales tan marcados y con un pantalón de pijama- Resumiendo, te has cagado viva y has venido a mi habitación para dormir conmigo.
No pude evitar sonrojarme y asentí con mi cabeza, Justin sonrió y se dirigió a la cama, destapándola.
-¿No vienes? –Pregunto acostándose sobre la cama y dando unos suaves golpecitos a su lado. Me dirigí hacia él y me tumbe a su lado. Justin cogió la sabana con sus manos tapándonos a ambos. Apago la luz y un escalofrió recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, empecé a tiritar, tenia frio, la cama de Justin no poseía ningún edredón, tan solo una fina sabana.
-¿Tienes frio? –Pregunto Justin, sentí su respiración cerca de mi cara.
-No. –Mentí.
Justin no dijo nada más y sentí su brazo rodear mi cintura atrayéndome hacia su cuerpo caliente, gire mi cara, quedando a mi vista su desnudo pecho, alce mi mirada hacia sus ojos, y a pesar de la oscuridad, pude apreciar el bonito brillo que poseían, acompañados de una hermosa sonrisa.
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